lunes, 14 de diciembre de 2009

Cena de fin de año.

El sábado, 8 de diciembre fue uno de los acostumbrados "Día (s) Rotaract". Después de las actividades comunitarias de la mañana todo estaba listo para disfrutar de la cena de fin de año del club.

El plan original era que todos los asistententes nos reuniríamos en casa de una socia (Mariana) y de ahí partiríamos juntos hasta Atotonilco de Allende, Hidalgo, donde los padres de Liz, amablemente nos recibirían para hacer la convivencia en su casa.

Nuestro plan no se cumplió al pié de la letra, sin embargo, los socios e invitados del club fuimos llegando poco a poco a Hidalgo.

Finalmente, por ahí de las once de la noche, comenzamos a cenar. El menú: linguini, Relleno con papas y Natilla de vainilla (estos dos últimos platillos, típicos de Oaxaca, lugar de origen de la mamá de Liz). El chef que preparó nuestros alimentos fue Pepe "Greñas", hermano de Liz, quien nos tenía reservada una agradable sorpresa.

Después de la cena hicimos un intercambio de regalos. Bufandas, carteras, discos, vino, etc. Lo importante era la intención y no el regalo en sí.

Posteriormente, Pepe nos entregó la sorpresa que nos tenía preparada: en el patio de la casa estaba instalada una banda (guitarra, bajo, batería y muchos, muchos amplificadores) lista para tocar exclusivamente para nosotros. Los integrantes eran amigos de Pepe y él tocaba el bajo. El concierto duró hasta muy entrada la madrugada y el frió de la noche no fue obstáculo para que todos la pasáramos de lo mejor.


Al día siguiente, el llamado a desayunar terminó por despertar a los fiesteros de la noche anterior. Barbacoa y consomé de borrego fueron los antídotos para los estragos que la celebración había dejado.

Después de desayunar, dimos un paseo por el centro de Tula y, posteriormente, cada quien regresó a casa.


lunes, 7 de diciembre de 2009

Posada y pastorela en Funación Renace

El día 5 de diciembre del 2009 llevamos a cabo una de las actividades tradicionales del Club: llevar un poco de tradición y diversión a personas que están en tratamiento contra adiciones y que actualmente viven en las instalaciones de la fundación Renace.

Llegamos al lugar temprano e iniciamos con los preparativos; fue muy bonito ver como los residentes de lugar estaban limpiando, para tener todo listo para el evento.


Cunado terminaron, nos ayudaron a colocar el telón para la pastorela. Todo quedo listo y Adal, nuestro presidente, inicio la función. Hubo de todo: tropiezos, risas y buenos momentos, eso si, no hay que olvidar al angelito rosado que con sus polvos mágicos provocó la risa de la audiencia. Al finalizar la pastorela realizamos la tradicional pedida de posada; en la que fue sorprendente ver, que a pesar de la apatía de algunos, se contagiaron del amino de los demás y terminaron cantando con ánimo.
Claro, no podía faltar la tradicional piñata, donde la vergüenza no impidió, que todos se aventaran como niños a recoger los dulces. Ya después de la piñata, tamalitos y atole para todos.

Y para cerrar con broche de oro se repartieron los bolos.

Paty Uribe